Antiguamente, en los pueblos de
decía que cuando el gato de la casa se limpiaba es que iban a venir visitas.
Independientemente de la veracidad de esta afirmación, lo cierto es que es muy
fácil encontrar a nuestro minino haciendo un minucioso repaso a todo su pelaje.
Nosotros vemos siempre la misma escena familiar, pero nuestro gato puede tener
diferentes motivos para acicalarse:
Los gatos se lamen varias veces a
lo largo del día y lo hacen por distintos motivos. Por un lado, lo hacen para
refrescarse cuando tienen calor. Los gatos carecen de glándulas sudoríparas y
lamerse es una forma de regular su temperatura corporal (imitando el sudor). También lo
utilizan como método de relajación. Tras una actividad intensa o una situación
de estrés se retiran a un lugar tranquilo donde nadie les moleste y se lamen
durante un buen rato. Esta es una de las razones que impulsa a las madres a
lamer a sus cachorros. Puede suceder que se acicalen entre adultos como un símbolo
de amistad o hermandad. A veces les sirve de "excusa" para evitar enfrentarse
a algo que les incomoda o que les causa temor, como una disputa, una reprimenda
de su dueño. Por último, no podemos olvidar la función principal de esta
costumbre, la higiene personal. Los gatos son animales muy limpios y lamiéndose
eliminan la suciedad que pueda manchar su pelaje.
Un acicalamiento excesivo puede ser síntoma de
estrés. Puede generar dermatitis u otros problemas de la piel además de
obstrucciones intestinales, derivadas del exceso de bolas de pelo en el
estómago. Es importante cepillar frecuentemente el pelaje del gato.
Como forma de mantener su
higiene:
Ni qué decir tiene que es el
motivo más común de todos. El cuidado del pelaje es algo muy importante para el
gato, no solo para mantenerlo limpio, sino para mejorar su función. Los
lametones ayudan a que el pelo del gato esté más suave y a que actúe mejor como
capa aislante. Al limpiar el pelo se estimulan las glándulas de la piel, algo
vital para conseguir la impermeabilización del pelaje del gato. Un pelo poco
cuidado y erizado es una pobre protección contra los elementos externos.
Como termorregulación:
Es la forma de mantener una
correcta temperatura corporal. Los gatos solo poseen glándulas sudoríparas en
las almohadillas plantares, y tampoco tienen la capacidad de jadear, como
sucede en otros animales. El mecanismo de transpiración de los gatos es a
través de la evaporación de la saliva depositada sobre su piel cuando se lamen.
Para enfriarse. Los gatos sudan un poco por sus patas, pero su refrigeración se
basa en su mayoría en la evaporación de la saliva en su piel, consiguiendo con
ello mantener la temperatura normal del cuerpo. El lavado supone alrededor de
un tercio del proceso de enfriamiento del cuerpo de un gato.
Como forma de tranquilizarse a sí
mismos:
Es una manera de reducir el
estrés al que están siendo sometidos en un momento dado, y se denomina
“acicalamiento por desplazamiento”. Sirve para reducir la tensión en momentos
críticos del gato. Como nos dice la dra Victoria Belligotti, el gato se acicala
sus flancos y su dorso cuando está desconcertado, después de pequeños
trastornos, o ante amenazas que no puede eludir. También podemos comprobar que
nuestro gato se limpia el hocico y el pelo de alrededor de la boca con
lametones cortos y bruscos. Esta es una de las señales más claras de que un
gato comienza a sentirse nervioso y a la vez intrigado por algo, se encuentra
en medio de un conflicto interno. Para romper ese estado de indecisión comienza
a realizar este ritual, es una forma de acabar con su paralización momentánea.
Como señal de calma:
A los gatos no les gustan los
enfrentamientos. Un gato siempre evitará, de todas las formas posibles, el
tener que oponerse a otro gato. Cuando un gato se encuentra frente a otro gato
al que no conoce y no puede evitar el no hacerlo, le hará saber que no quiere
problemas. Se colocará en una posición discreta, girando su cuerpo y ofreciendo
su flanco al otro gato, comenzando su ritual de acicalamiento. De esta forma le
dirá al gato que no busca problemas, que él está tranquilo e invita al otro ser
a que haga lo mismo. En las presentaciones felinas es fácil ver esta actitud y
siempre es un buen presagio, pues significa que el gato que lo hace no va a
buscar enfrentamientos.
Como vínculo social:
Este lamido es una clara muestra
de que existe una buena relación entre gatos que han crecido juntos. Su
objetivo no es el de higienizarse mutuamente, ni tiene por qué significar un
ritual “amoroso”, es, más bien, el de afianzar unos lazos ya existentes,
creando un olor común que una a todos los seres del grupo social. Este tipo de
acicalamiento se suele desarrollar en cara y dorso y, aunque puede verse en
ambos sexos, es mucho más frecuente en hembras. Afortunadamente para nosotros,
muchas veces los humanos somos incluidos dentro de ese grupo y también
recibimos una buena dosis de lametones.
Los gatos adultos gastan hasta el 50 % de sus
horas de vigilia en el aseo. Además, a menudo sucede que cuando los gatos no se
están lavando a sí mismos, están lavando a otros gatos con sus lenguas, de púas
duras, e incluso “aseando” a las personas que aman. Hay varios estudios en
curso sobre el tema de la saliva, tanto la de humanos como la de los animales,
sobre si tiene propiedades antisépticas o no.
Por protección contra los
depredadores. Los gatos instintivamente se lavan para quitarse el olor a la
comida y otros agentes que causan olores adicionales con el objetivo de no ser
detectados por animales potencialmente amenazadores. Cuidado de las uñas. El
lavado ayuda al gato a afilar y mantener sus garras. Automedicación: Se cree
que la saliva del gato contiene enzimas que lo convierten en un antibiótico
natural. Si tu gato se lame una herida, puede protegerse contra la infección.
Siempre consulta a tu veterinario si tu gato sufre una lesión. Estimulación del flujo sanguíneo.
De manera similar a como un cepillo para el pelo estimula el flujo sanguíneo
del cuero cabelludo, la lengua del gato, que está cubierta de pequeños pelos en
forma de cerdas, mejora la circulación. Amistad: Los gatos familiares se lamen
unos a otros como muestra de afecto. Piense en ello como un beso felino, ya que
implica el intercambio de saliva y confianza mutua.
Cuando el volumen de pérdida de pelo es
excesivo, lo que hace que el gato tienda a lavarse demasiado, puede haber un
“efecto cortadora de césped”, con calvas en el pelaje. Una causa común es el
hipertiroidismo, una condición que ocurre cuando un gato tiene una tiroides
hiperactiva. El hipertiroidismo puede ser fatal, por lo que si sospechas que tu
gato podría tener este problema, debería ser observado por un veterinario
inmediatamente.
Las alergias alimentarias también
pueden causar exceso de aseo, ya que el gato puede sentir picazón e
incomodidad. A veces, los gatos pueden llegar a ser alérgicos a ciertos
ingredientes, la mayoría de las veces una proteína, y la rotación de los
diferentes sabores de los alimentos puede ayudar a veces. También existe comida
de alta calidad elaborada especialmente para gatos con alergia. Estos alimentos
estimulan la salud de la piel y del pelaje, así que pregúntale a tu veterinario
sobre ellos.
Ciertas cualidades como las
siguientes indican una capa de pelo perfecta:
- Tiene brillo y una textura suave y exuberante
- Tiene poca caspa
- No tiene puntos o motas negras, que pueden ser un signo de pulgas
- No tiene zonas de calvicie
- No tiene mucho pelo muerto, ya que tu gato lo elimina constantemente
Para fomentar estas cualidades,
dale a tu gato comida para gatos que contenga ingredientes naturales de primera
calidad, nutrientes esenciales y aminoácidos. Visita a tu veterinario dos veces
al año para mantenerte vigilante sobre los problemas comunes y establecer una
rutina de cepillado diario a tu gato.
"Limpiándose constantemente, el gato es el
animal más limpio y más desprovisto de virus que hay y merece ser acariciado” Esta frase pronunciada por Louis Pasteur, el inventor
de la vacuna antirrábica, nos da una idea de la limpieza de nuestras mascotas. Y
es que como todo dueño de gato sabe, éstos son meticulosamente limpios. Su
comportamiento higiénico le permite al animal mantener la limpieza de su
pelaje, expulsando de él parásitos y objetos extraños. Éste es un
comportamiento importante y frágil. Importante porque ocupa una parte
significativa de su tiempo de actividad (entre un 10 y un 30% de su tiempo lo
dedica a acicalarse), y frágil porque se altera fácilmente con los cambios
ambientales. Por ello generalmente un cambio en sus rutinas higiénicas es un
síntoma precoz de enfermedad. El lamido de los gatos es casi una rutina
sistemática, yendo desde la cabeza hasta la cola. Aunque abarca casi todas las
partes de su cuerpo, siempre empezarán por la cabeza. Las áreas que más limpian
son la zona alrededor de la boca (sobre todo después de cada comida,
especialmente si el alimento es húmedo), el cuello, el pecho, los hombros y la
espalda. Tras el acicalado con la lengua, el gato también usa sus dientes para
atrapar parásitos. Los incisivos los utilizan principalmente para la limpieza
de los espacios interdigitales y para desenredar mechones enredados. Más allá
de lo que es normal, a veces nuestras mascotas se lamen frenéticamente
simplemente porque les duele algo, ya sea el dolor de una inflamación (eczema,
alergias, etc.) o por problemas por picaduras de pulgas. Con su inusual lamido
intenta aliviar la irritación o el dolor. En estos casos notaremos como su
tiempo de acicalamiento es mucho mayor de lo habitual. Otro ejemplo de lamido
excesivo lo encontramos en los gatos afectados por cistitis (inflamación de la
vejiga). Tratando de aliviar el dolor, algunos gatos llegan a quitarse todos
los pelos del estómago. Si adviertes un lamido poco habitual en tu gato, no
tardes en consultarlo con tu veterinario. El hecho de que el lamido despierta
la producción de endorfinas, naturalmente alivia a nuestros animales, pero
también se acompaña de una liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado
con el placer. Algunos gatos no pueden dejar de sentir estas buenas sensaciones
y pueden llegar a adoptar el llamado TOC o trastorno obsesivo compulsivo. O lo
que es lo mismo: se lamerán obsesivamente durante todo el día. Este tipo de
conductas es más frecuente en gatos siameses, abisinios, burmeses e himalayos,
aunque éstos últimos en menor medida.
A primera vista, si ves que tu
gato se limpia más de lo normal, podría indicar que tiene alguna irritación en
la piel causada por parásitos o insectos como las pulgas. Revísale bien todo su
pelaje en busca de alguna señal que indique su malestar. En el caso de que su pelaje esté limpio, y
tras una visita al veterinario para descartar otros problemas orgánicos, en
muchos casos este comportamiento compulsivo podría tener que ver con episodios
de estrés o ansiedad. Por ejemplo, es muy común que ocurran tras las
vacaciones, ante periodos en el que nuestro amigo ha estado solo o desubicado
de su hogar, cuando nos mudamos, cuando una persona deja de estar con él, o si
hay una nueva compañía en su círculo.
¿Qué hacer ante el estrés? Es muy importante
tratarlo adecuadamente, ya que la limpieza compulsiva puede hacer que nuestro
felino pierda pelo e incluso se cause heridas. En el veterinario te pueden
ayudar con un tratamiento que alivie su estrés, pero tú puedes también ayudarle
mucho en su día a día:
- No lo dejes solo: si te vas de
vacaciones, intenta que alguien pueda visitarlo periódicamente. Nunca dejes a
tu gato sin compañía más de un día, también para evitar posibles accidentes
domésticos.
- Controla sus miedos: hay
diversos ruidos del hogar que pueden asustarle más de lo normal, intenta
comprobar cómo le afectan utensilios ruidosos como la aspiradora o el secador de pelo y deja a tu mascota en
otra habitación mientras los utilices.
- Juega con él, acaríciale,
comparte tus ratos libres con él: sobre todo cuando veas que está lamiéndose en
exceso, intenta distraerle de su obsesión.
- Si su estrés le ha causado
heridas y sarpullidos, el veterinario te aconsejará que le protejas con un
collar isabelino para que no pueda hacerse más daño. Mientras que lo lleve
debes cuidar tú de su higiene, sobre todo porque un descuido en su aseo, podría
causarle aún más estrés. Cuando las heridas vayan desapareciendo ve
quitándoselo a ratos, siempre controlando sus movimientos.
- Y sobre todo, si está habiendo
cambios en tu vida y por tanto en la suya, pasa más tiempo con él para hacerle
ver que no tiene por qué tener miedo.
Si la situación no mejora,
consulta a tu veterinario para un posible tratamiento farmacológico para
prevenir la ansiedad.
Si tu gato se enferma y deja de lavarse, lávalo
tu, ya que puede perder las ganas de vivir solo de verse sucio y olvidado.