domingo, 13 de septiembre de 2015

¿Por qué se lamen los gatos? Todo en exceso es malo

Antiguamente, en los pueblos de decía que cuando el gato de la casa se limpiaba es que iban a venir visitas. Independientemente de la veracidad de esta afirmación, lo cierto es que es muy fácil encontrar a nuestro minino haciendo un minucioso repaso a todo su pelaje. Nosotros vemos siempre la misma escena familiar, pero nuestro gato puede tener diferentes motivos para acicalarse:

Los gatos se lamen varias veces a lo largo del día y lo hacen por distintos motivos. Por un lado, lo hacen para refrescarse cuando tienen calor. Los gatos carecen de glándulas sudoríparas y lamerse es una forma de regular su temperatura corporal (imitando el sudor). También lo utilizan como método de relajación. Tras una actividad intensa o una situación de estrés se retiran a un lugar tranquilo donde nadie les moleste y se lamen durante un buen rato. Esta es una de las razones que impulsa a las madres a lamer a sus cachorros. Puede suceder que se acicalen entre adultos como un símbolo de amistad o hermandad. A veces les sirve de "excusa" para evitar enfrentarse a algo que les incomoda o que les causa temor, como una disputa, una reprimenda de su dueño. Por último, no podemos olvidar la función principal de esta costumbre, la higiene personal. Los gatos son animales muy limpios y lamiéndose eliminan la suciedad que pueda manchar su pelaje.
Un acicalamiento excesivo puede ser síntoma de estrés. Puede generar dermatitis u otros problemas de la piel además de obstrucciones intestinales, derivadas del exceso de bolas de pelo en el estómago. Es importante cepillar frecuentemente el pelaje del gato.


Como forma de mantener su higiene:
Ni qué decir tiene que es el motivo más común de todos. El cuidado del pelaje es algo muy importante para el gato, no solo para mantenerlo limpio, sino para mejorar su función. Los lametones ayudan a que el pelo del gato esté más suave y a que actúe mejor como capa aislante. Al limpiar el pelo se estimulan las glándulas de la piel, algo vital para conseguir la impermeabilización del pelaje del gato. Un pelo poco cuidado y erizado es una pobre protección contra los elementos externos.

Como termorregulación:
Es la forma de mantener una correcta temperatura corporal. Los gatos solo poseen glándulas sudoríparas en las almohadillas plantares, y tampoco tienen la capacidad de jadear, como sucede en otros animales. El mecanismo de transpiración de los gatos es a través de la evaporación de la saliva depositada sobre su piel cuando se lamen. Para enfriarse. Los gatos sudan un poco por sus patas, pero su refrigeración se basa en su mayoría en la evaporación de la saliva en su piel, consiguiendo con ello mantener la temperatura normal del cuerpo. El lavado supone alrededor de un tercio del proceso de enfriamiento del cuerpo de un gato.

Como forma de tranquilizarse a sí mismos:
Es una manera de reducir el estrés al que están siendo sometidos en un momento dado, y se denomina “acicalamiento por desplazamiento”. Sirve para reducir la tensión en momentos críticos del gato. Como nos dice la dra Victoria Belligotti, el gato se acicala sus flancos y su dorso cuando está desconcertado, después de pequeños trastornos, o ante amenazas que no puede eludir. También podemos comprobar que nuestro gato se limpia el hocico y el pelo de alrededor de la boca con lametones cortos y bruscos. Esta es una de las señales más claras de que un gato comienza a sentirse nervioso y a la vez intrigado por algo, se encuentra en medio de un conflicto interno. Para romper ese estado de indecisión comienza a realizar este ritual, es una forma de acabar con su paralización momentánea.

Como señal de calma:
A los gatos no les gustan los enfrentamientos. Un gato siempre evitará, de todas las formas posibles, el tener que oponerse a otro gato. Cuando un gato se encuentra frente a otro gato al que no conoce y no puede evitar el no hacerlo, le hará saber que no quiere problemas. Se colocará en una posición discreta, girando su cuerpo y ofreciendo su flanco al otro gato, comenzando su ritual de acicalamiento. De esta forma le dirá al gato que no busca problemas, que él está tranquilo e invita al otro ser a que haga lo mismo. En las presentaciones felinas es fácil ver esta actitud y siempre es un buen presagio, pues significa que el gato que lo hace no va a buscar enfrentamientos.

Como vínculo social:
Este lamido es una clara muestra de que existe una buena relación entre gatos que han crecido juntos. Su objetivo no es el de higienizarse mutuamente, ni tiene por qué significar un ritual “amoroso”, es, más bien, el de afianzar unos lazos ya existentes, creando un olor común que una a todos los seres del grupo social. Este tipo de acicalamiento se suele desarrollar en cara y dorso y, aunque puede verse en ambos sexos, es mucho más frecuente en hembras. Afortunadamente para nosotros, muchas veces los humanos somos incluidos dentro de ese grupo y también recibimos una buena dosis de lametones.

Los gatos adultos gastan hasta el 50 % de sus horas de vigilia en el aseo. Además, a menudo sucede que cuando los gatos no se están lavando a sí mismos, están lavando a otros gatos con sus lenguas, de púas duras, e incluso “aseando” a las personas que aman. Hay varios estudios en curso sobre el tema de la saliva, tanto la de humanos como la de los animales, sobre si tiene propiedades antisépticas o no.
Por protección contra los depredadores. Los gatos instintivamente se lavan para quitarse el olor a la comida y otros agentes que causan olores adicionales con el objetivo de no ser detectados por animales potencialmente amenazadores. Cuidado de las uñas. El lavado ayuda al gato a afilar y mantener sus garras. Automedicación: Se cree que la saliva del gato contiene enzimas que lo convierten en un antibiótico natural. Si tu gato se lame una herida, puede protegerse contra la infección. Siempre consulta a tu veterinario si tu gato sufre una lesión. Estimulación del flujo sanguíneo. De manera similar a como un cepillo para el pelo estimula el flujo sanguíneo del cuero cabelludo, la lengua del gato, que está cubierta de pequeños pelos en forma de cerdas, mejora la circulación. Amistad: Los gatos familiares se lamen unos a otros como muestra de afecto. Piense en ello como un beso felino, ya que implica el intercambio de saliva y confianza mutua.
Cuando el volumen de pérdida de pelo es excesivo, lo que hace que el gato tienda a lavarse demasiado, puede haber un “efecto cortadora de césped”, con calvas en el pelaje. Una causa común es el hipertiroidismo, una condición que ocurre cuando un gato tiene una tiroides hiperactiva. El hipertiroidismo puede ser fatal, por lo que si sospechas que tu gato podría tener este problema, debería ser observado por un veterinario inmediatamente.

Las alergias alimentarias también pueden causar exceso de aseo, ya que el gato puede sentir picazón e incomodidad. A veces, los gatos pueden llegar a ser alérgicos a ciertos ingredientes, la mayoría de las veces una proteína, y la rotación de los diferentes sabores de los alimentos puede ayudar a veces. También existe comida de alta calidad elaborada especialmente para gatos con alergia. Estos alimentos estimulan la salud de la piel y del pelaje, así que pregúntale a tu veterinario sobre ellos.
Ciertas cualidades como las siguientes indican una capa de pelo perfecta:
  • Tiene brillo y una textura suave y exuberante
  • Tiene poca caspa
  • No tiene puntos o motas negras, que pueden ser un signo de pulgas
  • No tiene zonas de calvicie
  • No tiene mucho pelo muerto, ya que tu gato lo elimina constantemente


Para fomentar estas cualidades, dale a tu gato comida para gatos que contenga ingredientes naturales de primera calidad, nutrientes esenciales y aminoácidos. Visita a tu veterinario dos veces al año para mantenerte vigilante sobre los problemas comunes y establecer una rutina de cepillado diario a tu gato.

"Limpiándose constantemente, el gato es el animal más limpio y más desprovisto de virus que hay y merece ser acariciado” Esta frase pronunciada por Louis Pasteur, el inventor de la vacuna antirrábica, nos da una idea de la limpieza de nuestras mascotas. Y es que como todo dueño de gato sabe, éstos son meticulosamente limpios. Su comportamiento higiénico le permite al animal mantener la limpieza de su pelaje, expulsando de él parásitos y objetos extraños. Éste es un comportamiento importante y frágil. Importante porque ocupa una parte significativa de su tiempo de actividad (entre un 10 y un 30% de su tiempo lo dedica a acicalarse), y frágil porque se altera fácilmente con los cambios ambientales. Por ello generalmente un cambio en sus rutinas higiénicas es un síntoma precoz de enfermedad. El lamido de los gatos es casi una rutina sistemática, yendo desde la cabeza hasta la cola. Aunque abarca casi todas las partes de su cuerpo, siempre empezarán por la cabeza. Las áreas que más limpian son la zona alrededor de la boca (sobre todo después de cada comida, especialmente si el alimento es húmedo), el cuello, el pecho, los hombros y la espalda. Tras el acicalado con la lengua, el gato también usa sus dientes para atrapar parásitos. Los incisivos los utilizan principalmente para la limpieza de los espacios interdigitales y para desenredar mechones enredados. Más allá de lo que es normal, a veces nuestras mascotas se lamen frenéticamente simplemente porque les duele algo, ya sea el dolor de una inflamación (eczema, alergias, etc.) o por problemas por picaduras de pulgas. Con su inusual lamido intenta aliviar la irritación o el dolor. En estos casos notaremos como su tiempo de acicalamiento es mucho mayor de lo habitual. Otro ejemplo de lamido excesivo lo encontramos en los gatos afectados por cistitis (inflamación de la vejiga). Tratando de aliviar el dolor, algunos gatos llegan a quitarse todos los pelos del estómago. Si adviertes un lamido poco habitual en tu gato, no tardes en consultarlo con tu veterinario. El hecho de que el lamido despierta la producción de endorfinas, naturalmente alivia a nuestros animales, pero también se acompaña de una liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer. Algunos gatos no pueden dejar de sentir estas buenas sensaciones y pueden llegar a adoptar el llamado TOC o trastorno obsesivo compulsivo. O lo que es lo mismo: se lamerán obsesivamente durante todo el día. Este tipo de conductas es más frecuente en gatos siameses, abisinios, burmeses e himalayos, aunque éstos últimos en menor medida.

A primera vista, si ves que tu gato se limpia más de lo normal, podría indicar que tiene alguna irritación en la piel causada por parásitos o insectos como las pulgas. Revísale bien todo su pelaje en busca de alguna señal que indique su malestar.  En el caso de que su pelaje esté limpio, y tras una visita al veterinario para descartar otros problemas orgánicos, en muchos casos este comportamiento compulsivo podría tener que ver con episodios de estrés o ansiedad. Por ejemplo, es muy común que ocurran tras las vacaciones, ante periodos en el que nuestro amigo ha estado solo o desubicado de su hogar, cuando nos mudamos, cuando una persona deja de estar con él, o si hay una nueva compañía en su círculo.

¿Qué hacer ante el estrés? Es muy importante tratarlo adecuadamente, ya que la limpieza compulsiva puede hacer que nuestro felino pierda pelo e incluso se cause heridas. En el veterinario te pueden ayudar con un tratamiento que alivie su estrés, pero tú puedes también ayudarle mucho en su día a día:

- No lo dejes solo: si te vas de vacaciones, intenta que alguien pueda visitarlo periódicamente. Nunca dejes a tu gato sin compañía más de un día, también para evitar posibles accidentes domésticos.
- Controla sus miedos: hay diversos ruidos del hogar que pueden asustarle más de lo normal, intenta comprobar cómo le afectan utensilios ruidosos como la aspiradora  o el secador de pelo y deja a tu mascota en otra habitación mientras los utilices.
- Juega con él, acaríciale, comparte tus ratos libres con él: sobre todo cuando veas que está lamiéndose en exceso, intenta distraerle de su obsesión.
- Si su estrés le ha causado heridas y sarpullidos, el veterinario te aconsejará que le protejas con un collar isabelino para que no pueda hacerse más daño. Mientras que lo lleve debes cuidar tú de su higiene, sobre todo porque un descuido en su aseo, podría causarle aún más estrés. Cuando las heridas vayan desapareciendo ve quitándoselo a ratos, siempre controlando sus movimientos.
- Y sobre todo, si está habiendo cambios en tu vida y por tanto en la suya, pasa más tiempo con él para hacerle ver que no tiene por qué tener miedo.
Si la situación no mejora, consulta a tu veterinario para un posible tratamiento farmacológico para prevenir la ansiedad.


Si tu gato se enferma y deja de lavarse, lávalo tu, ya que puede perder las ganas de vivir solo de verse sucio y olvidado.

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